Las historias de fe que marcaron la multitudinaria celebración de San Sebastián en Puerto Saavedra

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Un cielo nublado, pero un clima templado, con casuales lloviznas, acompañó la celebración principal en honor a San Sebastián en Puerto Saavedra. El oficio religioso comenzó minutos después de las 11 de la mañana y congregó, según la estimación de Carabineros, a cerca de 4.500 fieles provenientes de todos los puntos cardinales de la región y el sur del país.

Pero el fervor por el mártir católico partió antes de la aurora con el arribo de peregrinos al santuario, muchos de los cuales recorrieron largas distancias de a pie o en bicicleta. A las 4 de la madrugada los devotos ya expresaban sus peticiones o muestras de agradecimiento al santo en el interior del templo parroquial.

Recogimiento

Mientras transcurría la mañana el recinto que abarca el santuario se abarrotaba de fieles; algunos hacían filas para pagar sus mandas, otros meditaban en silencio a la espera de la Eucaristía.

La santa misa fue presidida por el administrador parroquial de Puerto Saavedra, Juan Bautista Carrillo, quien posteriormente encabezó la procesión que transitó las calles centrales de la ciudad.

El recorrido estuvo marcado por melodías religiosas interpretadas por una banda instrumental.  Además, hubo cánticos y también se escuchaban los “viva San Sebastián”.

Testimonios

Tras la celebración, continuaron las demostraciones de fe en el espacio sagrado con depósitos de flores y velas a los pies de San Sebastián.  José Miguel Castro fue uno de los fieles que llegó desde Valdivia con su vela hasta el lugar. Su vínculo con el mártir comenzó el año 1960 cuando se preparaba para ser sacerdote en el Seminario Mayor San Fidel de San José de la Mariquina.

“Soy oriundo de Puyayan, comuna de Saavedra, pero ahora vivo en Valdivia.  Los sacerdotes de esa época me enviaron estudiar a Mariquina y siendo seminarista venía a Puerto Saavedra para encabezar la procesión”, comentó.

Cursó filosofía y teología, pero con el correr de los años abandonó la opción religiosa, sin embargo, su devoción no terminó.  “Después de esa experiencia seguí yendo a San Sebastián en Collico, cerca de Valdivia, porque no había dinero para venir a estos lados, pero desde hace cuatro años volví a Puerto Saavedra”, expresó.

 

Santo cumplidor y cobrador

El temuquense Luis Quiñelem cumplió 39 años de fervor a San Sebastián.  Su relación con el santo empezó el año 1980 cuando todas las puertas laborales se cerraban para él.  La angustia por no tener un trabajo fue tanta que solicitó la intercesión del mártir.

“Tuve muchas dificultades para encontrar trabajo, pero gracias a Dios y al santo encontré un cargo administrativo en la Ufro.  Ahora estoy jubilado, pero sigo participando en este lugar, porque el santo me ha acompañado con salud y en todo lo que he pedido con fe”, señaló después de haber encendido velas junto con su esposa Lidia Rupallan.

“La crisis es de fe”

Roberto Dedes nació en Linares, pero actualmente vive en Padre Las Casas. Durante su infancia sufrió de hernia inguinal y pese a las reiteradas operaciones que enfrentó no lograba sanar, no obstante, la situación cambió cuando su madre ofreció una manda a San Sebastián.

“Estuve al borde de la muerte. Me operaron seis veces y siempre recaía y un día mi madre, muy devota de San Sebastián, hizo la manda en Yumbel y gracias a él me recuperé”.

Desde el año 2010 peregrina en Puerto Saavedra y también aprovecha la ocasión para vender unos cuadros con la imagen del santo. Esta vez trajo 150 ejemplares que comerció con éxito.

Según su percepción, la cantidad de fieles que llegan al santuario ha disminuido considerablemente en el último tiempo. La respuesta a esa situación, dijo, está en la crisis de fe existente en la sociedad.  “Hay una tremenda crisis de fe.  Creo que el error está en los adultos, porque no le están enseñando a sus hijos mantener bien la fe. No creo que las fallas humanas de los sacerdotes tengan que ver con la crisis, porque hay que creer en Dios, no en las personas.

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