No hay lugar en el mundo que no se consuma el ají, por ende, nuestro Chile, se puede acompañar con todas las comidas, y su preparación es al gusto de la persona, como el tradicional pebre, molido, merquen, en salsa, en nuestra comuna es producto que se cosechan en los huertos y en los pequeños predios de las diferentes comunidades rurales.
Según la ciencia médica el picante certifica sus propiedades afrodisíacas al estimular el espíritu y la sangre, mientras que unos estudios recientes de la Universidad de Toronto sostienen que sus semillas, ricas en ácidos poliinsaturados, pueden ayudar a disminuir el riesgo de trombosis.
Expertos han confirmado que el ají actúa como posible protector gástrico, teniendo en cuenta que nos ayuda a mejorar la producción de saliva y jugos gástricos, lo cual también contribuye a mejorar la digestión y a la vez la vuelve mucho más eficiente.
Este producto agrícola se llama chile en México y Centroamérica), ají (del taíno haxí; en Sudamérica y las Antillas) o guindilla (en España) a varios pimientos picantes. Son los frutos (bayas) de diversas especies de plantas del género Capsicum, de la familia de las solanáceas. Recibe diversos nombres en varias lenguas originarias de América, iik en Maya Yucateco y Q’eqchi’, uchu o utsu en quechua, trapi en mapudungun, wayk’a en aimara, y nymqua en muisca.
En algunos países, se le conoce también como picante o chile picante para distinguirlo de su contraparte no picante, llamada chile dulce, pimiento dulce o, en algunos lugares de Hispanoamérica, pimentón o pimiento morrón.
El género Capsicum es originario del continente americano, existiendo simultáneamente en Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica (lo que ahora es Bolivia y Perú). Después del intercambio colombino, muchos cultivares se extendieron por el mundo, y se usaron tanto en la gastronomía como en la medicina tradicional.