Mariano Mellillan Montiel nació en la comunidad mapuche Palihue Pillan de la comuna de Melipeuco. Desde pequeño estuvo rodeado de una extensa familia compuesta por: sus padres, 6 hermanos y 4 hermanas. A temprana edad comenzó a participar en distintas organizaciones mapuche, sin embargo, encontró un espacio en la Corporación Mapuche Newen, desde dónde ha desarrollado un proceso de aprendizaje y práctica del mapuche mogen.
– ¿Cómo fue su proceso de formación?
Estudié en la Escuela Palihue Pillán de primero a sexto y posteriormente me fui a estudiar a la escuela fiscal de Melipeuco. En octavo me vine a Temuco y luego ingresé al Instituto Superior. Ahí comencé a participar en la Federación de Estudiantes Indígenas. La mayoría de los estudiantes teníamos base en la comunidad, por lo tanto la lucha social que tenía la organización era fuerte. En algún momento la Federación apoyó la recuperación de tierras y obviamente las demandas para obtener beneficios estudiantiles como becas para ropa, alimentación, etcétera.
– ¿Que lo motivó a participar del movimiento mapuche?
Yo partí trabajando en la Corporación Emaús. En ese tiempo surgió un plan económico que impulsaba la división de tierras mapuche que hasta ese momento se encontraban bajo el título de merced. Nosotros consideramos que nos iba a afectar y decidimos organizarnos. Así formamos los Centros Culturales Mapuche, movimiento amplio donde discutíamos estos temas y nos servía de formación.
– ¿Cómo fortaleció su espiritualidad?
Nosotros analizábamos la realidad desde un punto de vista occidental. En ese tiempo hablábamos de la Perestroika y cuando cayeron los socialismos reales fue un remezón para nosotros, nos sirvió para mirarnos y pensar en cómo contribuir en la reconstrucción y recomposición del mapuche mogen, valorar el conocimiento que hay en las prácticas culturales, darle sentido a nuestro idioma, en el fondo abrazar el discurso propio.
Política y contingencia
– ¿Ha sido útil el Convenio 169?
Yo creo que no se conoció a cabalidad el alcance que tenía el Convenio. Sin embargo, su influencia es limitada ya que el titular desde el comienzo es el Estado a través de su gobierno y depende de la voluntad política de éste aplicarlo y ver opciones de diálogo. Claro ejemplo son las inversiones en territorio mapuche, donde este convenio es pasado a llevar y no sirve para nada.
¿Y la Declaración de Naciones Unidas?
Cuando surge la Declaración ahí si se establece que los titulares de derecho somos nosotros los mapuche y depende nada más que de nosotros hacerla valer. Es necesario que los dirigentes comiencen a analizar esta declaración y a formarse ya que en eso estamos débiles.
Durante la semana pasada se realizó un encuentro en Villarrica en el marco de la octava reunión denominada 3xi, convocada por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), el Sistema de Empresas B, la Comunidad de Organizaciones Solidarias y el Centro de Innovación de la Universidad Católica.
A esa cita también asistieron los dirigentes mapuche Víctor Ancalaf, Aniceto Norín y el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno.
– ¿Qué opina del Encuentro 3xI?
La estrategia del gobierno sigue siendo la misma de siempre: abordar solo aspectos productivos y económicos. Ellos se dan cuenta de que el pueblo mapuche aún mantiene la falta de recursos. Se trabaja desde el enfoque de necesidad, de lo contrario estaríamos conversando temas políticos, de la relación de pueblo a pueblo, sobre autonomía, libre determinación, pero continúan mal enfocados.
