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viernes, diciembre 27, 2024
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La sociedad del neólogos

Por Matias Vidal Huichal 

Es un fenómeno social que se compone de una nueva estructura lingüística que irrumpe con todo el sistema científico y psíquico que impera en la sociedad, este fenómeno se da en todo orden de cosas, si hubiera que definirlo como una entidad, es hábil, difícil de identificar, pues tiene de su lado gran parte de la estructura semántica. Experto en neologismos, añade sistemáticamente al lenguaje cotidiano formas nuevas de definir una idea, una norma e incluso una ley. Le es inherente una nueva forma de plantear todos los conocimientos adquiridos en la sociedad, la biología, la física, las leyes naturales, y todo lo que constituye una norma rígida, se desploman ante la perfecta y calculada utilización de nuevas formas de hablar y expresar todo, no solo es una nueva forma de hablar, es también una nueva forma de vivir.
Grecia dejó una herencia provechosa para el progreso social, esto en todo orden de cosas, veamos pues, las deidades constituían una forma de vida que fue desplazada por la experimentación, prueba-error, estableciendo metodología pura, filósofos que se dedicaron al estudio de la naturaleza, desde las plantas hasta los intestinos humanos, dejaron en manos de occidente una de las herramientas más nobles para un progreso indefinido: El logos, La razón, los silogismos. A saber, los filósofos naturales, se transformaron en científicos, las ideas irruptivas y novedosas, se transformaron en hipótesis, y todos los descubrimientos de la edad media, permitieron un nuevo pensar, un nuevo entendernos. La coexistencia en la sociedad siempre está expuesta a un riesgo, el riesgo al lenguaje, la forma de expresar y entender una idea está sujeta naturalmente a la manera en la que el resto la expresa, ese es el riesgo más grande del individuo, un riesgo que se transformó en el antagonista que jamás vió venir logos griego. El neologos, desplaza cualquier tipo de ciencia, la biología puede sugerir cuanto quiera, los científicos pueden estudiar un fenómeno biológico con toda la armazón técnica que otros científicos han desarrollado, exponer todo como una absoluto de la ciencia, se pueden incluso establecer paradigmas sociales en base a conocimientos científicos, es decir, la amplitud de la ciencia establece hasta cierto punto una norma, aporta a la comunidad (en el sentido de una algo común), algo palpable, como ya nos han dicho sobre sus estudios sobre los cromosomas XX y XY, códigos que estaban etiquetados con macho, hembra u Hombre y mujer. Pueden seguir publicando estudios sobre las diferencias sobre la contracción muscular entre un niño de 5 años y un adulto de 30 años, pueden enseñarnos las diferencias genéticas entre un canino y un ser humano, darnos clases sobre embriología, o cuanto se les ocurra, lo que sea que ellos planteen, servirá solo como antecedente y no como absoluto frente a una sociedad en la que impera una nueva forma de razonar, ya no se trata de cuantos años se asignan por la maduración mental, la teoría de Jean Piaget sobre los estadios cognitivos y su correlación con la edad no tiene ni un sentido, pues si cronológicamente tienes 30 años pero sientes tener 11, pues entonces debes ir al colegio y estar en sexto básico, si tienes cromosomas de macho, pero sientes estar en un cuerpo equivocado entonces adelante eres hembra, algunos tienen un desface etario y de sexo también, un hombre de 50 años, puede ser una niña de 8 años, una mujer de 25 puede ser un can de 5 años. Toda forma de ciencia dura constituye una ofensa, es un nuevo paradigma, no quiero llamarle caos, pues es un nuevo mundo, uno muy desconocido para el chileno de a pie, es una nueva forma, un neologos. No es este un análisis peyorativo de la cuestión tratada, es más bien una instancia de reflexión sobre la sociedad, una tendencia que nos caracteriza, dejamos en manos de nuestros retoños algo nuevo, ¿estaremos orgullosos de esto en unos 20 o 30 años más? no lo sé, esta forma de acercarnos a lo nuevo es muy característico del ser humano, eso que brilla y se ve muy dulce, nos atrae milenio tras milenio lo nuevo, no está para nada lejos aquella escena en la que se ve la pareja primigenia junto al árbol en Edén, un fruto nuevo, que se ve jugoso, una nueva etapa, un paradigma que nos cayó de un momento a otro. La sotana blanca significa una ofensa para una a sociedad que boquiabierta mira con asombro las esculturas hechas en la antigüedad, pero que no tiene la más mínima intención de replicar las creencias que en esos momentos imperaban, es un ateísmo masificado, una pérdida del modelo occidental. Démosle la bienvenida al mundo de la retórica, el lenguaje como una forma de cambio, pues esta, ignora de metodologías científicas, no conoce los artefactos como el microscopio, tampoco los códigos genéticos y mucho menos los morales.  Nos encontramos en el comienzo de la época del neologos. 

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