El beneficio carcelario de libertad condicional otorgado por la Corte de Apelaciones de Temuco a José Tralcal, condenado a 18 años de prisión por el horrendo crimen del matrimonio Luchsinger Mackay, es de la máxima gravedad, porque deja en libertad a un delincuente extremadamente peligroso, no cumpliéndose con los requisitos que establece la ley, que no tiene conciencia del delito y menos arrepentimiento alguno por el brutal crimen.

Además, es una persona a la que se le había rechazado este beneficio por parte de la Comisión de Libertad Condicional del Poder Judicial, precisamente porque el condenado no cumplía con los requisitos para acceder a ese beneficio con informe negativo de Gendarmería de Chile.
Esta decisión es parte de las inconsistencias del Estado frente a las víctimas de la macrozona sur, ya que otros condenados por delitos graves en La Araucanía podrían quedar en libertad más adelante si piden el beneficio sin cumplir con la ley, o como ya ocurre con Celestino Córdoba, quien goza de beneficios carcelarios irregulares y está en un recinto semiabierto.
Resulta inentendible que el Gobierno no se hubiese hecho parte para mantener en la cárcel a este delincuente. El Gobierno debe apelar a decisión de la Corte de Apelaciones de Temuco, porque no se cumple con la ley y además es un daño tremendo que se hace a los familiares del matrimonio Lucksinger Mackay en la obtención de justicia por este gravísimo crimen.

