Nacido y criado en su barrio, Manuel Pérez Leal, 83 años, toda su vida en su querido Barrio Ultra Chol-Chol, es el socio más antiguo de los verdes, Deportivo Dante de Nueva Imperial y no menor, es hijo de uno de los fundadores del Dante, Juan Pérez Soto.
Manuel creció en el barrio y de muy pequeño acompañaba a su padre a ver al Dante, luego también fue jugador “pero te voy a decir la verdad jugué por el Dante, pero era del montón nomas” cuenta con gracia Manuel, luego siendo más adulto se desempeñó como presidente, cargo que ocupa hoy en día su hijo Manuel.
“El Dante fue fundado un 10 de noviembre de 1933, por un grupo de amigos amantes del fútbol del barrio Ultra Chol-Chol, entre ellos mi padre, también él fue su primer presidente, Juan Pérez Soto, vicepresidente: Roberto Díaz Montero, secretario: Valentín Torrealba, Tesorero: Alejandro Monsalve y primer director: Alfredo Cid” acota Manuel.
“El club lleva ese nombre por un acuerdo que tuvieron los fundadores, puesto que Roberto Díaz, les dijo que él regalaba un juego de camiseta siempre y cuando al club llevará el nombre de su hijo recién nacido de nombre Dante Díaz, como en ese tiempo era complicado la compra de camiseta, puesto que, recién se estaban formando, no contaban con recursos, aceptando la petición, y se bautizó el club como Dante, mientras que las medias fueron tejidos a palillo por las esposas de ellos y de algunos jugadores” señaló Pérez.
Manuel Pérez, estudió en el Liceo Bicentenario Luis González Vásquez, en esos años Liceo de Hombre, casado con Ignacia Torres Morales, con quien tiene dos hijos Manuel y Raúl, regalonean a 4 nietas, dos mujeres y dos hombres.
“Yo nací acá en el barrio y en Deportivo Dante, he vivido toda mi vida acá, no pierdo partidos del Dante, junto a mi esposa Ignacia vamos a donde sea que juegue.
Mi padre falleció cuando yo tenía 6 años, luego de terminar los estudios tuve que ayudar a mi madre que estaba viuda, instalamos una fábrica de ladrillos, para el terremoto de Valdivia, fue una pena tremenda para ellos, pero un buen negocio para mí puesto que vendí muchos ladrillos, había que reconstruir Valdivia” concluye Manuel Pérez.
