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jueves, noviembre 21, 2024
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Sobre la reciente caída de árboles

Gabriela Saldías, Académica de la Escuela Arquitectura y Paisaje, U.Central

Producto de las recientes caídas de árboles en la Región Metropolitana y los daños generados en la infraestructura, personas, actividades y pérdida de los mismos árboles, surgen muchas preguntas y cuestionamientos del tipo ¿cómo se está manejando el arbolado urbano en las ciudades del país?

Pregunta muy necesaria que se debería atender para responder y entregar las pautas para seleccionar, plantar, cuidar y manejar el arbolado urbano. Entendiendo que es un tema complejo compatibilizar el funcionamiento de las ciudades con el crecimiento y buen desarrollo de los árboles ya que son múltiples los conflictos que se generan a causa de los cables aéreos, ductos subterráneos, suelos compactados, paso de vehículos, estrés hídrico, contaminación del aire, seguridad vial y vandalismo, lo que va asociado estrechamente a que el personal que maneja los árboles en muchos casos no tiene las competencias requeridas para realizarlo con profesionalismo.

Para lograr un buen diagnóstico de la situación ocurrida es fundamental comprender que los árboles son seres vivos que tienen un ciclo de vida con diversas etapas, desde el estado juvenil, de madurez, de vejez o deterioro hasta llegar a la muerte. Estas últimas etapas pueden ser mucho más intensas y anticipadas en condiciones estresantes como las presentes en las ciudades, incluyendo las aberrantes podas. Por lo cual, resulta indispensable contar con un catastro actualizado de los árboles existentes, su estado, identificando los que están en riesgo y deben ser reemplazados.

Se ha podido apreciar durante el transcurso del año que hay una serie de parámetros climáticos que han variado y se han intensificado; y uno de ellos que ha sorprendido es el viento, alcanzando niveles mucho más allá de lo que se pudo anticipar, lo que provocó las múltiples caídas de árboles. Se logró identificar que algunas especies claramente no son recomendables para la ciudad, como pinos y eucaliptos, otros que por su mala distribución del ramaje estaban desequilibrados, aquellos que estaban débilmente arraigados por factores edáficos y de riego. Todos vulnerables a caer.

Destacando el enorme aporte que realizan los árboles en la calidad de vida en ambientes urbanos, al ayudar a regular el ciclo hídrico y la temperatura, mejorar el suelo, en conservar la biodiversidad, acercar la naturaleza y embellecer las ciudades, entre muchas otras; resulta esencial destinar un mayor esfuerzo económico en formar equipos de profesionales y técnicos competentes y especializados en manejo del arbolado urbano, capaces de crear un Plan Director del Arbolado Urbano que entregue las directrices y acciones a realizar dentro de los próximos 5, 10, 15 y más años, que permita conservar los árboles en buen estado, ayudar a que los jóvenes crezcan y se desplieguen en todo su potencial y se reemplacen a tiempo los que se encuentran deteriorados y en situación de riesgo. Con todo esto se deberían minimizar futuras caídas en situaciones meteorológicas similares.

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