Patricia Zúñiga, vocera de los laicos de Villarrica: “En la Diócesis necesitamos un pastor al estilo de Jesús”

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La idea se había gestado antes de que se agudizara la crisis de la Iglesia católica en Chile.  Sin embargo, tomó forma tras el impulso de otros laicos disconformes con la actitud de la jerarquía eclesiástica nacional y local frente a los abusos sexuales, de poder y de conciencia. Esa realidad los motivó a crear la Red de Laicos de Villarrica que a la fecha ya realizó una asamblea y anhela crecer en territorio diocesano.

Su vocera, Patricia Zúñiga, dialogó con El Informador sobre los objetivos del movimiento, la posición respecto al proceso que enfrenta la Iglesia y la situación actual en la Diócesis de Villarrica.

– ¿Cómo nació la idea de agruparse y crear el movimiento?

La verdad es que esto venía desde mucho antes que estallaran los abusos de clérigos en el país.  Nosotros hemos notado un cambio drástico desde que llegó monseñor Francisco Stegmeier a la Diócesis de Villarrica donde, por lo demás, hay muchas comunidades mapuche que tienen una participación activa en la Iglesia.  La inquietud venía desde hace tiempo, hasta que decidimos juntarnos y conformar el movimiento.

-¿Cómo han reaccionado ante la crisis nacional?

La verdad es que nos golpea muy fuerte, pero esto no es nuevo y ha sido aberrante, hay muchos laicos que justifican a los clérigos diciendo ‘es un error y un error lo comete cualquiera’.  Pero nuestros clérigos han perseverado en el error y se ha transformado en algo sencillamente diabólico. Nosotros como laicos tenemos una voz pesada y fuerte, además el Papa viene pidiendo desde hace tiempo que los laicos deben ser tomados en cuenta y él ha solicitado que los clérigos no sean patrones y que no traten a los laicos como peones.

Lo otro que tiene que quedar claro es que no nos tienen que mirar como enemigos, porque en este momento la jerarquía nos ve como enemigos.  Pareciera que hoy decir la verdad está mal, lo que han hecho nuestros hermanos de Osorno no fue con violencia, ellos siempre fueron de la mano con la paz para lograr su objetivo. 

-El Papa pidió reflexionar y ocuparse de esa realidad ¿Cómo ha encarado la Diócesis el proceso?

Nosotros hemos sabido que en otras diócesis han promovido reflexiones y conversaciones, pero particularmente acá no se ha dado.  De hecho, hubo apoderados de colegios católicos que pidieron esas instancias y nunca hubo respuesta.  No ha habido reflexiones con nuestros sacerdotes y si se ha hecho ha sido en círculos reducidos donde particularmente nosotros no hemos sido invitados.

-En la carta que ustedes emitieron piden “cambios profundos en la estructura eclesial” ¿Qué transformaciones necesita la Iglesia diocesana?

Queremos un pastor diocesano como era antes, un pastor que se dedicaba a su gente.  Antes los templos se llenaban, ahora hay poca asistencia a las misas y han bajado considerablemente las preparaciones a los sacramentos.  ¿Por qué pasa eso? Los laicos no estamos guiando la Iglesia, la Iglesia la guía la jerarquía, en este caso el obispo y los sacerdotes que obedecen. 

– ¿Cuál ha sido el manejo del Obispado frente a la lacra de los abusos?

El caso del sacerdote Belisario Valdebenito es el único que conocemos públicamente.  No sabemos más de lo que la prensa dice.  En algún minuto la Diócesis emitió un comunicado afirmando que sí había prestado ayuda a la víctima, la señorita Constanza Acuña, pero pareciera que eso nunca fue, porque su testimonio dice lo contrario.

Es el único caso de abusos.  No sabemos si hay otros y si los hay y no los han denunciado sería muy triste, porque seguiríamos en lo mismo, en un nido de víboras.

Realidad diocesana

La portavoz de los laicos cuestiona el estilo de conducción trazado por el obispo Francisco Javier Stegmeier tras su asunción al gobierno eclesiástico en abril de 2009 y asegura que por este motivo varios sacerdotes han abandonado la Diócesis, se han alejado los fieles y ha habido división entre los integrantes de la Iglesia local.

Además, reconoce el apoyo al movimiento de muchos sacerdotes diocesanos que, en privado, acompañan la iniciativa y ratifica la partición de la agrupación en el Sínodo Nacional de Laicos fijado para enero.

-En la declaración también piden terminar con el clericalismo ¿Existe esa tendencia en Villarrica? ¿Cómo se expresa?

Nosotros como laicos debemos crecer y para eso necesitamos a nuestros sacerdotes.  Nunca hemos negado eso, necesitamos tener un obispo, no es que queramos erradicar la jerarquía de la Iglesia; nunca hemos manifestado eso, ningún movimiento lo ha manifestado.  Lo que nosotros queremos es tener un pastor.  En este momento vemos al obispo como una autoridad, es como cuando usted está cuidando un fundo y tiene a su patrón, usted es el empleado y obedece a su patrón.  Queremos un pastor al estilo de Jesús, él no estaba encasillado y estructurado en una jerarquía.  El Nazareno fue libre, fue un servidor y predicador. Fue un anunciante y denunciante, porque también se enojó y reprendió a sus seguidores.

– ¿El Papa debería aceptar la renuncia del obispo Stegmeier?

Deberían salir todos los obispos y que asuman otros sacerdotes, porque hay sacerdotes capaces de asumir esos cargos. Cuando llegó monseñor Stegmeier se produjo un cambio radical, porque estábamos acostumbrados al estilo sencillo de monseñor Sixto Parzinger, quien era un sacerdote muy cercano a la gente, miraba la simpleza de todos. Iba por la calle libremente y no pasaba desapercibido.  Era un hombre afectivo, compañero, preocupado por sus sacerdotes; había un clero grande. Desde que se fue monseñor Sixto se han ido alrededor de 10 sacerdotes.

– ¿Qué desafíos tiene el movimiento laical en la Diócesis?

Tenemos que prepararnos y formarnos para enfrentar los desafíos. Necesitamos una Iglesia centrada en el espíritu comunitario, tenemos que crecer mucho.  El Papa pide protagonismo del laico y la mujer en los sínodos y asambleas, pero parece que acá eso no lo escuchan.

Llamo a los laicos a expresarse sin miedo, porque el miedo paraliza; todos son bienvenidos a formar este movimiento que no tiene fines de lucro, sólo está empeñado a erradicar las malas prácticas.

También tenemos el Sínodo nacional en enero que nos va a fortalecer y seguro habrá resoluciones interesantes. Ahora estamos trabajando en red, recibiendo el apoyo de otros laicos del país.

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