Por: Emilio Orive Plana.
Me cuesta entender la mentalidad de las autoridades de mi pueblo. Por un lado la belleza estética de los proyectos ejecutados, llámese plazoletas, miradores y extensiones bastante considerables para la recuperación de áreas verdes paisajismo incluido, como el de la entrada a Carahue cerca del Liceo y del nuevo hospital, más las de calle Montt que como conjunto está muy bien, me imagino planificado con la intención de darle al hipotético turista la sensación de ciudad próspera pero, (siempre hay un pero) que al rascar un poco el estuco aparecen las arrugas bajo el maquillaje que van desnudando nuestra pequeñez de pueblo descuidado, con una administración municipal mediocre que no quiere ver, no obstante su reelección, las verdaderas necesidades de las personas que lo caminan a diario.
Por alguna razón las prioridades de nuestros gobernantes comunales no son las mismas que las del ciudadano común que sufre los desatinos de los funcionarios a cargo a mi juicio de fácil solución.
Por 15 años estuve haciendo notar, a todo nivel, el error de instalar frente a carabineros una señalética de Dirección Obligada a una altura de 2 metros y medio cuando sabemos que los conductores miramos al piso y no hacia arriba. Después de todos estos años y para que el suscrito no siguiera molestando, dicha señalética fue retirada sin darle solución al problema con el consiguiente colapso en el tránsito del terminal de buses donde reina la anarquía más absoluta invadido por todo tipo de vehículos ajenos a dicho espacio.
Tampoco puedo entender la pasividad de carabineros al permitir la instalación de kioscos a 3 metros de la Subcomisaria que, eventualmente permitiría- y de hecho así a ocurrido- la comisión de delitos delante de sus narices y ha habido, por lo menos, 5 robos a negocios bajo la cubierta del terminal porque dichos kioscos y carritos son el escondite perfecto para los amigos de lo ajeno.
Ni hablar de la decorativa Guardia de Seguridad Municipal que recorre el pueblo para detectar y cursar partes de cortesía, pero no se ha percatado del peligro de muerte que corren los conductores que pasan por calle Almagro entre Rodríguez y Caupolicán debido a vehículos, incluso maquinaria pesada mal estacionados en una vía muy transitada y para remate ubicada en una profunda quebrada.
Me informan que los carritos y toldos que afean nuestra plaza deberán retirarse del lugar con fecha a vencer dentro de este mes. Ojala que así sea.
A mi parecer, debe buscarse otra solución para esos y todos los toldos de Pedro de Valdivia y Lautaro por el peligro que reviste el estar pegados unos con otros, en caso de un incendio, por ejemplo.
¿Por qué no se ordena Carahue? Ni siquiera se puede preguntar al respecto en reuniones de Concejo a las que se puede asistir, solamente de mirón.