Por: Vicente Painel Seguel
Los créditos blandos son palancas de desarrollo, frente a los subsidios, los créditos blandos dotan de programación a los pequeños productores, cooperativas y asociativas económicas diversas. El área agrícola históricamente lo ha demostrado, el Plan Marshall levantó Europa después de la 2da Guerra Mundial y el BID se basa, con bemoles, en esa lógica. Los créditos blandos funcionan a una tasa menos del uno por ciento y entre más grandes son, más bajan su tasa, se corroboran en planes de negocios consensuados entre usuarios y prestamista, y suponen una trama social amable con el cumplimiento de compromisos. En Chile, solo algunos cuenta correntistas tienen accesos a créditos blandos, la gran masa está expoliada por créditos de consumo de más de 3 por ciento de interés, multas por mora y anatocismo. El anatocismo consiste en la práctica de cobrar interés sobre interés cuando ocurre algún tipo de retraso, lo cual en países desarrollados está prohibido, pero incluso desde los antiguos tiempos la doctrina romana buscó regular, Cicerón veía una perversidad al derecho Romano esta práctica, distinguieron el Anatocismo en anatocismus coniunctus o separatus en ánimo de prohibir su grado más extremo: el anatocismus menstruss, mes a mes, y evitar la usura indirecta.
El Chile anatocista actual, está aparejado por un sistema tributario regresivo que hace que proporcionalmente los más pobres paguen más impuestos que los más ricos de sus ingresos, en el iva o la locomoción, por ejemplo, impuestos indirectos, se va al menos un 80 por ciento del sueldo proletario. Los hiper ricos no solo pagan un porcentaje insignificante en estos impuestos en relación a sus ingresos, sino que además crean sociedades de sociedades haciéndose pasar por pymes, como la empresa Kayser por ejemplo, o el multirut. En consecuencia, medidas aparentemente tomadas a todos por igual, en la realidad de una cancha hiper-inequitativa, atacan a las clases trabajadoras: por ejemplo, el alza de los intereses de créditos, que redunda en las alzas de crédito hipotecario.
La única oportunidad de que el ahorro de los trabajadores no se desvalorice es en la casa propia, la cual ahora se impedirá por alza de interés en créditos hipotecarios. El sector del commodity, exportación de materias primas sin elaboración (Minería, forestales, etc), que gana en dólares, no es afectada por todo esto. En consecuencia, si consideramos el alto precio del dólar, nos encontraremos que las cifras de crecimiento del país aumentaran; no obstante arrasa la cesantía, y la crisis social es eminente: El commodity habrá ganado mucho dinero como ya lo ha ganado durante la pandemia.
La crisis social paradojamente, se busca absorber por las mismas clases trabajadoras que la padecen, el modelo orgánicamente antipopular pretende proteger las tasas de ganancia del commodity. La funesta oposición de los políticos tradicionales al 4to retiro, además de confirmar su comodidad en las acciones de las AFP, no es raro ver a ex ministros y ex diputados en sus directorios, da cuenta de la patética obsecuencia al commodity, tan ajeno a los intereses del país y tan dañino para la naturaleza.
La sociedad inmanentemente ira regenerando su economía real, para bajar los precios de los alimentos se irá comprar al productor y comunitarizar comedores: Comprando juntos. Para resolver la carestía de viviendas, los campamentos irán creando sus cooperativas de vivienda y los universitarios deberán revitalizar los trabajos voluntarios: Autoconstrucción. Frente al anatocismo y la crematística, adicción a generar dinero del dinero, del sector financiero; las clases trabajadoras deberán robustecer sus cooperativas de ahorro y crédito, acuñar su moneda propia y fortalecer las ferias y asociaciones de coleros y vendedores ambulantes.
En la coyuntura política-electoral, los pueblos deben aprender a no votar por quienes diseñan medidas tan antipopulares como las que estamos viviendo. Se dice que vivimos el peor gobierno de la historia, y padecemos el peor Congreso de la historia, si es así, en consecuencia, tenemos la peor ciudadanía de la historia que eligió al Gobierno y al Congreso…
Por la infancia y los derechos de la niñez, la educación popular es primordial, importante, urgente. Las prácticas de solidaridad mecánica heredadas del kimun mapuche, saberes y ciencias indígenas, son la solución a esta trágica crisis social. Un acabado plan de redireccionamientos de inversiones y fijación de centralidad de las mismas, pueden dar el salto delante de desempleo-cero en la Araucanía, «Wallmapuche trabaja» es la palanca que requieren objetivamente los territorios, pero para eso hay que votar bien…