Durante la fría noche de 2 de mayo, se realizó en la mayoría de las poblaciones y localidades la tradición de la Cruz de Mayo, la cual con canticos y bailes tradicionales se agradece por la temporada de cosecha.
El origen de la Cruz de Mayo, se remonta a la conquista española. Como los misioneros desconocían la lengua de los nativos, carecían de imágenes y no tenían suficientes predicadores, hicieron uso de la cruz y elementos locales para difundir el mensaje cristiano.
Se vestía una cruz, actividad con que se abría la celebración el 1 de mayo. Esta consistía en colocarle unos lienzos que llevaban en su centro un crucifijo y los elementos de la Pasión. El objetivo era expresar el sacrificio de Cristo para salvar a la humanidad.
Para concluir la celebración, la cruz del pueblo era llevada en procesión por la localidad. En el trayecto se cantaba y pasaba por las casas de los vecinos solicitando limosnas. Se agradecía con rosarios y novenas la recolección de limosnas, se repartían los alimentos e iniciaban los cantos y bailes.
Con el paso del tiempo dejó de ser una festividad al alero de la Iglesia y se constituyó en una práctica religiosa de la comunidad que se pretende cada año replicar y mantener.
La comuna de Carahue, no ha querido que esta tradición se pierda, por lo que este año, nuevamente realizó la tradicional Cruz de Mayo, recorriendo las poblaciones desde el alto de la ciudad, continuando su recorrido por la mayoría de la ciudad. Con una fogata hecha de maleza de Cicuta y Cochayuyo, se comenzaron los canticos a cargo de Hugo López y del grupo Rememoranzas, donde los pobladores de las vecindades aprovecharon la ocasión para dar un pie de cueca.
Se espera que cada año se unan más personas a esta importante tradición, viva la cruz de mayo, ¡viva!
