Por: Vicente Painel Seguel
…El Sistema Público de Salud refiere al servicio dependiente del estado en su financiamiento, que realiza prestaciones de salud al público en general, -en Chile hay claridad de que es deficiente, no es lo que abordaremos en este artículo-. El Sistema Privado de Salud refiere a los servicios de salud que se brindan mediante un pago personal… Y claro, podríamos agregar cierto Sistema Comunitario de Salud, en que el pago lo hacen colectivos desde fondos solidarios, como el mutualismo. Sin embargo, el fatal problema que padece Chile, dejándolo a carne viva, es que el Sistema de Salud-Pública -distinto en naturaleza al mencionado sistema público de salud-, es inefectivo y por lo mismo un contrasentido con su naturaleza, podríamos afirmar que Chile carece de un Sistema-de-Salud-Pública. El Sistema de Salud Pública, siguiendo la convención histórico-epistémica, refiere a la matriz de medidas e instituciones (publico-estatales, comunitarias y privadas) que aseguran que las consideraciones y procedimientos preventivos y curativos, ordenados para y o por la población en general, se cumplan efectivamente en todos y en todo el territorio, vale decir: si la salud de la población no está asegurada, no es posible garantizar la salud de las personas; por la sencilla razón, identificada ya totalmente en el siglo XVIII, qué para efectos de la salud, sobre todo por la preponderancia urbana: todo es de todos, así de drástico.
Podemos leer del Perú -Universidad Cayetano Heredia-, respecto a la carrera de Licenciado en Salud Pública que: “se encarga (…) de formar profesionales que trabajen en prevenir enfermedades, promover la salud y prolongar la vida. En la medicina se trabaja en curar enfermedades ya existentes, de manera individual; en el caso de la Salud Pública, se trabaja desde la investigación de las causas de estas enfermedades y como prevenirlas a nivel global, velando por la salud de la población…”
En Chile, la Salud Pública está a cargo del ISP que en su misión nos refiere:
“El Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) es un Servicio público, que posee autonomía de gestión y está dotado de personalidad jurídica y de patrimonio propio, dependiendo del Ministerio de Salud para la aprobación de sus políticas (…)
El Instituto de Salud Pública de Chile es el organismo de referencia del Estado, que promueve y protege la salud de la población, fortaleciendo el control sanitario a través de la vigilancia, autorización, fiscalización, investigación y transferencia tecnológica (…)”.
Si bien hay magister en Salud Pública, diplomados, cursos, y una diversidad de profesionales puede interesarse por estos tópicos; la categoría como sistema, está horadada, y desconocida. La dictadura modificó el tránsito, echando las bases para la decadencia de la Salud Pública, frente a los “laboratorios farmacéuticos” horizontalmente más poderosos…
Respecto a historia de la salud pública chilena citamos: “se remonta a 1892 cuando fue creado el Instituto de la Higiene que permaneció hasta 1924. Posteriormente en 1929 se crea el Instituto Bacteriológico de Chile en el mismo lugar donde había funcionado antes el Instituto de la Higiene. Este permanece como tal hasta 1979 cuando se forma el Instituto de Salud Pública de Chile, sucesor legal de anterior, formando parte del Sistema Nacional de Servicios de Salud (SNSS)…”
La historia del instituto trasluce la evolución de la salud pública, desde la policía sanitaria, hasta las medidas de un joven médico ministro de salud, Salvador Allende Gossens, quien destaca por apoyar los servicios dedicados a combatir la desnutrición infantil llamados “Gota de leche”; luego, notabilísimo por la altura del servicio, está la creación del Sistema Nacional de Salud SNS con protagonistas de una rica dialéctica entre Dr. Salvador Allende y el Conservador social-cristiano Dr. Eduardo Cruz-Coke, de ahí despliegue, hasta el -litro- de leche, en el gobierno del presidente Dr. Salvador Allende. Es decir, los médicos de la época fueron doctores en toda la lid: generaron doctrina.
El desprecio por la historia y antropología de la medicina, la displicencia con la psiquiatría transcultural, el racismo contra la medicina mapuche y andina, la ignorancia de la medicina china, la ausencia programática y diagnóstica del biopoder y la bioética en las organizaciones sociales; son todos, síntomas de un signo fatal que puede costar muchas vidas: la falta del Sistema de Salud Pública. En este prisma, la inoculación del virus por parte de la Seremi de Salud en la IX región a seremias, alcaldes, militares y periodistas, no es solo una negligencia, es sobre todo, el resultado criminal de una “salud” sin -sistema-.
En contraste, si bien muchas veces se ha acusado de totalitarismo al Sistema de Salud Público de Cuba, la lógica sanitaria guevarista de tener un pueblo en armas -a lo suizo- para resistir la invasión de los marines yankis, hace que los cubanos tengan garantizados sus bancos de sangre, la presión de sus ancianos, las dietas y regímenes de proclives a la diabetes, etc; la medicina comunitaria esta empoderada cuadra por cuadra. La disponibilidad de Cuba con o sin crisis economía, de despachar contingentes de médicos como un auténtico ejército de liberación de la enfermedad, nos remite no solo a la centralidad de inversiones en biotecnología que comandó Fidel, sino también al todo poderoso sistema de salud pública del, por y para el pueblo.
Observar el contraste del desastre sanitario que hay en Temuco, en que se aniquiló la microeconomía en favor de un control militar-policial de la población y no sanitario, privilegiando el monopolio de los supermercados en la cadena de alimentos; versus Renaico, Comuna sin ningún contagiado COVID 19, gestionada por un joven alcalde mapuche formado completamente de medico por la prestigiosa ELAM cubana. Nos da cuenta de la esencialidad de todos estos tópicos…