En una emotiva ceremonia llevada a cabo en la Escuela N°116 de Almagro, se realizó una Eucaristía especial en conmemoración de los 95 años desde la fundación de la Congregación de Hermanas Misioneras Catequistas de Boroa. En este emblemático establecimiento educativo, arraigado en los valores cristianos, se celebró una jornada significativa que resaltó el aporte y el compromiso de la congregación en la formación de estudiantes con una sólida base espiritual y ética.

El legado del Padre Wolfgang de Kochel es central en esta historia. Hace 95 años, este hombre lleno de fervor espiritual llegó a Boroa con la misión de evangelizar a la comunidad, transmitiendo la palabra de Dios y compartiendo su sabiduría con los habitantes locales. Junto a la madre Teresita, recorrieron diversas comunidades, contribuyendo al conocimiento que perdura en la comunidad hasta el día de hoy. Su labor se traduce en la formación de estudiantes imbuidos de un espíritu cristiano y un fuerte compromiso social.

La Directora Hermana Elizabeth Villalobos Cartes, compartió en la ceremonia «la vida es un don que Dios nos regala, así la vivió el Padre Wolfgang, fundador de las Hermanas Misioneras Catequistas. Él nos invita a reconocer que somos valiosos para Dios y que tenemos muchas cosas para enriquecer la vida de los demás». Estas palabras resonaron entre los presentes, recordándoles la importancia de honrar el legado de aquellos que contribuyeron a la formación y educación en la comunidad.
| La Eucaristía, sirvió como un momento de profunda reflexión y gratitud, uniendo a la comunidad escolar en torno a los valores cristianos y al impacto duradero de la Congregación de Hermanas Misioneras Catequistas de Boroa. En este 95º aniversario, la escuela reafirmó su compromiso de continuar cultivando el conocimiento, la espiritualidad y la colaboración con la sociedad, siguiendo el ejemplo de quienes allanaron el camino para su formación y crecimiento. |


