Boroa, a lo largo de su historia ha sido un territorio mapuche amplio, diverso, estratégico y autónomo en términos socio-políticos; lo cual le ha permitido mantenerse vivo culturalmente pese al sincretismo religioso que generaron las misiones religiosas desde el río Cautín hacia el sur de Gulumapu.
Por lo mismo, la recuperación de tierras siempre ha sido un tema latente en el territorio de Boroa y su inicio fue liderado por los actuales Longko quienes decidieron reivindicar terrenos ancestrales pero con un propósito colectivo, territorial, intentando demostrar que es posible encontrar caminos hacia la reparación histórica para todo el Lof Forrowe.
Fue así como en el año 2013, el Ñizol Longko de Boroa, don Eusebio Bonito (QEPD) acuerda, junto a los demás Longko y dirigentes territoriales, comenzar la negociación con el Obispado de Villarrica para recuperar un espacio para un nuevo Nguillatuwe y para ampliar el Cementerio de la Misión Boroa. Se trató del primer paso en términos de recuperación de las tierras donadas por los Longko Mozo Ancan y Juan de Dios Neculman a la Congregación Capuchina italiana en el año 1883, en el marco de la guerra y ocupación de la Araucanía por parte de la naciente república de Chile.
Resultado de lo anterior, es que un 14 de febrero del año 2014 las comunidades de Forrowe (Boroa) ingresaron a sus ancestrales tierras de la Misión Boroa para realizar un nuevo Nguillatun (ceremonia religiosa mapuche de agradecimiento y petición), dado que el anterior espacio – ubicado en el ex Fuerte Boroa – era muy pequeño.
Éste proceso llevó a comprar – a través de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) – 11,8 hectáreas, correspondiendo 4,7 hectáreas para la ampliación del cementerio y 7,1 hectáreas para el We Nguillatuwe. Dicha compra se oficializó el 24 de agosto del 2018 cuando los terrenos pasan a ser jurídicamente propiedad de 16 comunidades que participaron de la compra y de todas las comunidades históricamente usuarias del cementerio, como así mismo, para todas las familias que participan del Nguillatun.
En éste sentido, el proyecto “Cierre Perimetral Nguillatuwe Forrowe Mapu” viene a terminar una etapa y comenzar otra, señaló el nuevo Ñizol Longko Mario Bonito Pichicón, quien agregó que era necesario cerrar y proteger nuestro nuevo Nguillatuwe ya que se trata de un espacio recuperado para nuestro Territorio de Boroa y Pueblo Mapuche; además, agradeció el respaldo de todos los Longko de Boroa y a todas las familias que colaboraron en la ejecución del proyecto pese a la pandemia mundial. La autoridad también destacó que el proyecto fue postulado por la comunidad Gregorio Bonito del sector Wiñoko al fondo concursable del Gobierno Regional de La Araucanía, año 2019-2020, en la línea de cultura y fue aprobado por el Consejo Regional por un monto de $5.000.000 gracias al apoyo del Consejero Regional Ricardo Herrera Floddy y del Ex Alcalde Manuel Salas Trautmann.