Las une la historia y el legado patrimonial alimentario que heredaron de sus antepasados, que buscan rescatar y revalorizar utilizando prácticas de producción ancestral para continuar traspasando a las nuevas generaciones, respetando las formas de producir de forma natural y sostenible.
Es el trabajo que vienen desarrollando huerteras cuidadoras de semillas de las comunas de Lonquimay, Melipeuco y Curarrehue, que participan en la red de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Nacional (SIPAN), programa impulsado por el Ministerio de Agricultura a través de INDAP junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en alianza con los tres municipios del territorio cordillerano en La Araucanía.
Ante el creciente interés por producir y adquirir alimentos tradicionales con un alto valor identitario, diez huerteras de la comuna de Curarrehue intercambiaron semillas ancestrales, como una forma de contribuir a la soberanía y seguridad alimentaria de nuestro país. La actividad se desarrolló en el predio de la huertera, Juanita Faúndez, con la participación del director regional (s) de INDAP, Álvaro Morales, junto a agricultoras y representantes de las entidades que impulsan este proyecto liderado por mujeres mapuche pehuenche que se organizaron para continuar con este legado de patrimonio alimentario, desde una mirada de desarrollo basada en sistemas de producción sostenible y más resilientes.
«Participamos en la entrega de 16 variedades de semillas tradicionales a agricultoras del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI) de INDAP, quienes para la próxima cosecha replicarán este intercambio con otras huerteras de la comuna. Con estas acciones estamos aportando a la seguridad alimentaria, y compartiendo la sabiduría de las semillas antiguas que se han ido perdiendo, pero que se están recuperando para mantener la biodiversidad y resguardar el patrimonio de nuestros pueblos originarios” señaló, Álvaro Morales Marileo.
Para la cuidadora de semillas, Juanita Faúndez “estas prácticas no son un negocio, es compartir y poner en valor la importancia de este patrimonio que son la base de nuestra alimentación. Rescatar estas semillas que dejaron nuestros antepasados es muy importante porque es parte de nuestra historia que nos dejaron, para continuar sembrándolas en otros lugares ” enfatizó.
Bajo este paradigma, INDAP está desarrollando un trabajo orientado a incorporar una mirada agroecológica en sus programas y acciones formativas, identificando en las producciones multirubro las prácticas culturales con que se desarrollan. “La agroecología es un pilar fundamental para lograr la soberanía y seguridad alimentaria, y este es un ejemplo de prácticas que relevan eso, que como Ministerio estamos generando espacios locales para recoger estas iniciativas lideradas por mujeres que son un tremendo aporte para poder replicar”, destacó el asesor en agroecología de INDAP, Patricio Camoglino.
La coordinadora de la Red SIPAN zona sur, Evelyn Osorio, agregó que «este modelo de rescate, conservación e intercambios de semillas es replicable en otros territorios, ya que se hace cargo de una demanda y que profundiza el trabajo cooperativo entre las y los campesinos, que promueve el desarrollo de la transición agroecológica a escala predial y local en la región».
Estas iniciativas buscan instalarse como un eslabón estratégico para la conservación y resguardo de las culturas alimentarias con un enfoque territorial, que contribuyan a la reactivación económica local a través de la producción de alimentos con valor agregado, sostenible y responsable con el medio ambiente.