Festividad religiosa de la Santa Cruz

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La Cruz de Mayo ha sido una tradición popular arraigada durante generaciones, especialmente en los campos y ciudades de la zona sur del país (principalmente la región de La Araucanía y de Los Ríos). Se conmemora en la noche del 2 de mayo, víspera de la fecha en que, durante siglos, se celebró la Festividad Litúrgica de la Santa Cruz, rememorando el hallazgo en ese día del Sagrada Cruz de Cristo por la Emperatriz santa Helena (año 326).

Se trata de una de las fiestas religiosas populares de origen más antiguo en Chile. Ella remonta a los tiempos mismos de la Conquista. Los misioneros apenas manejaban el idioma de los pueblos originarios a quienes venían a evangelizar; para hacerse entender, necesitaron servirse de signos externos que reforzaran su enseñanza. Era primordial inculcar la idea de Dios unida al misterio de la redención y a la verdad de la recompensa después de esta vida. Los símbolos suelen ser más elocuentes que las palabras, llegando directamente a los corazones. Los evangelizadores recurrían entonces a ese símbolo máximo de la Redención que es la Cruz, la cual colocaban en alguna colina o lugar visible, cerca de donde realizaban sus misiones.

Alrededor de ella se reunían en el mes de mayo, desde esos primeros tiempos, cofradías dedicadas al culto de la Santa Cruz de Cristo, acudían hermandades de bailes chinos a danzar en su homenaje o dirigían oraciones los fiscales, auxiliares laicos nombrados por los misioneros en los pueblos evangelizados para mantener allí las prácticas religiosas y la sanidad de la doctrina.

Vestir la Cruz

Posteriormente,  esas cruces – objeto de gran veneración en los campos – comenzaron a ser adornadas con flores y variados adornos. Cruces así engalanadas, pasaron entonces a ser conducidas por los pueblos, en procesión,  el día  2 de mayo. En las casas se honraba la cruz con el rezo del rosario, las letanías y el canto a lo divino; luego se festejaba con mistelas y “gloriao“(1), nombre derivado del “Gloria Patri”.

Según el investigador Oreste Plath, quien dedica una parte de su Geografía Religiosa de Chile a la Cruz de Mayo, “ya en las casas, ya en los campos se efectuaba la ceremonia de “vestir la Cruz“, la que consistía en colocarle unos lienzos, que llevaban, en su centro, estampado, un crucifijo o los instrumentos de la Pasión. La ceremonia de “vestir la Cruz” se iniciaba el 1º de Mayo y la de “desvestir la Cruz” el 31 de dicho mes, a cuyas ceremonias asistía todo el pueblo y la inasistencia era reputada como una apostasía”.

La costumbre popular atravesó los siglos y llegó hasta nuestros días. De modo que, no hace mucho,  era común todavía en nuestros campos y ciudades,  dedicarse la tarde de ese día a adornar la cruz con flores y a fabricar farolitas en que se encendían velas para los acompañantes. Llegada la noche, grupos familiares, de amigos, vecinos o parroquiales salían cantando y  visitando casa por casa para recolectar una limosna, comúnmente en especies, la cual era distribuida después a algún asilo u hospital.

Mientras recorría las residencias el grupo entonaba:

“Aquí anda la Santa Cruz

visitando a sus devotos,

con un cabito de vela

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