6.4 C
Nueva Imperial
jueves, noviembre 7, 2024
InicioOpiniónREFLEXIONES SOBRE EL SUICIDIO EN CHILE

REFLEXIONES SOBRE EL SUICIDIO EN CHILE

Dr. Humberto Lagos Schuffeneger
Sociólogo – Abogado

Etimología de la palabra suicidio: su origen proviene de las palabras del idioma latín “sui caedere”, que significan “matarse a uno mismo, extinguir la propia vida, auto-eliminarse”.

El suicidio tiene y ha tenido, históricamente, diversos significados sociales en las diferentes culturas del mundo, y sus ponderaciones pasan desde la aceptación hasta el rechazo, desde la normalidad a la excepcionalidad. Los antiguos romanos ubicados entre los grupos “estoicos”, aprobaban algunos casos de autoeliminación fundándose en lecturas de las causas que motivaban la decisión suicida. Para el filósofo Séneca el suicidio se relacionaba con ejercicio de la libertad humana. En muchos casos, en la antigüedad europea “extinguir la propia vida” podía constituir una decisión honrosa. Las tradiciones bíblicas vetero y novo testamentarias no abonan en dirección de legitimar el suicidio; en el caso de Judas, discípulo de Jesús, el suicidio por ahorcamiento es la trágica conclusión de un acto de traición cuya “corona” fue la muerte por mano propia. Las tradiciones eclesiásticas cristianas, desde el siglo tercero, se pronuncian en contra del acto suicida, precaviendo que quienes lo realizaran no tendrían acceso a la ritualidad provista para los muertos. Desde la edad media el catolicismo romano condenó radicalmente el suicidio de sus fieles, decisión fuertemente dirigida a inhibir tal práctica usando los argumentos de “condena post-mortem” para quien lo realizara. En el lenguaje de San Agustín, el suicidio se categoriza como pecado.

El suicidio, en la historia, integra los universos simbólicos de los pueblos, de las sociedades organizadas. En el caso de las tradiciones Mayas, se veneraba a Ixtab, la Diosa del suicidio. Por su parte la cultura japonesa integraba el acto ritual del “Harakiri”, como forma de “limpiar el honor mancillado”, o el kamikase en tanto que suicidio voluntario de tipo altruista.

“Hoy”, el suicidio es un problema social desestabilizante al que se considera como uno de los “males del nuevo milenio”.

El sociólogo francés Emile Durkheim, escribió su clásico texto titulado “El suicidio” (1897), en el que, básicamente, concluye que los suicidios son fenómenos individuales provocados por causalidades sociales, relacionando la mayor o menor integración del individuo en la sociedad como factor gatillante de los actos suicidas. El estudioso europeo define al suicidio como:Todo caso de muerte que resulta directa o indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la víctima misma, y que, según ella sabía, debía producir este resultado”.

5.1 El mencionado sociólogo concluye la existencia de cuatro tipos de suicidios:

(1) Suicidio Altruista: que consiste en la autoeliminación, término de la vida por acto propio y consciente, en un gesto que favorece a otros (ej. entre los antiguos Celtas era considerado honroso el suicidio de los ancianos tribales cuando no podía, por ellos mismos, obtener recursos para sobrevivir).

(2) Suicidio egoísta: muerte del individuo por propia mano, como consecuencia de vínculos sociales débiles que llevan a considerar la propia vida como un espacio inútil. La coerción social no produce efectos en el suicida, y su desvinculación del entorno refuerza la decisión autoeliminatoria. Este suicidio egoísta es identificable con las sociedades modernas.

(3) Suicidio anómico: Es característico de sociedades donde las necesarias relaciones de convivencia y las estructuras institucionales se desintegran, o pasan por procesos anómicos.

(4) Suicidio fatalista: Durkheim lo ubica en lugares sociales donde existen reglas férreas, duras, inviolables, que agobian a los individuos, impidiéndoles toda posibilidad de abandonar el medio autoritario-dictatorial (ej sociedades esclavistas, disciplina militar coercitiva).

6. La conducta suicida obedece a diferentes factores, entre los cuales destacan: a) Aumento de trastornos depresivos; b) Ingesta de drogas ilícitas, y menor edad en el inicio del consumo; c) Factores psicobiológicos como inicio temprano de la pubertad; d) La acción de estresores sociales sobre los jóvenes; e) El suicidio asumido como “liberación” ante circunstancias que el comisor estima insuperables y profundamente lesionantes; f) Pertenencia fanática, acrítica y hermética a grupos de tipología sectaria, marcados con fortísimas conductas autodestructivas y autoflagelantes (ej. Tribus Urbanas y Pandillas de tipologías depresivas, Sectas Religiosas fundamentalistas con liderazgos mesiánicos); g) Suicidios inducidos, a través de medios computacionales (ej.: internet), sobre niños(as), jóvenes y adultos(as) con desestabilizaciones emocionales previas a la ejecución del hecho autoeliminatorio, influido tecnológicamente.

7) Existen suicidios individuales y suicidios colectivos. Las estadísticas dan cuenta normalmente del total suicidios y de los medios utilizados en el acto auto-eliminatorio, y no hacen referencias a la eventualidad de que algunos de ellos tengan el “síndrome” de lo colectivo (ejs.: suicidios en Japón acordados vía Internet; suicidios masivos en la segunda mitad del siglo XX -Guyanas y la Iglesia del Pueblo de Jim Jones (1978); Waco, Texas, y los Davidianos de David Koresh o Kodesh (1993); “La Orden del Templo Solar” de Luc Juret en Suiza y Francia (1994); “Heavens Gate”, o Puerta del Paraíso de Marshal Applewhite en los Estados Unidos; “Grupo Nedara”, en Coronel, Chile, en la década de los año 1980; los suicidios de Puerto Aysén, Chile, en las últimas dos décadas; los suicidios en Tongoy (2008), y otros).

8) Algunos datos estadísticos sobre Chile, nos indican las siguientes lógicas en el ámbito suicida:

      8.1 En el año 1998 la tasa de suicidios por cada 100.000

            habitantes alcanzaba al 6,96 %.

      8.2 Entre los años 1980 y 1998, la dicha tasa promedio

            indicaba un 5,7 % de suicidios por cada 100.000

            habitantes.

      8.3 La proporción de suicidios por sexo, en el período

            1980-1998 asigna estadísticamente un 14 % a las

            mujeres y un 86 % a los varones. En el año 2005, la

            información oficial lee 15 % a mujeres y 85 % a

            varones. Para el año 2006, se registra suicidios

            promedios de 18 % femeninos y 82 % masculinos.

      8.4 Respecto a modalidades de suicidios, los medios

            más comunes usados en el acto suicida son:

            ahorcamiento, arma cortante, arma de fuego,

            atropello, electrocución, quema a lo bonzo, ingesta

            de medicamentos, ingesta de sustancias, inhalación

            de gas, inmersión, intoxicación, precipitación,

            sofocación, y otros.

      8.5 Respecto de motivaciones suicidas, los promedios

            siguientes indican como factores gatillantes:

           depresiones (41%); frustraciones sentimentales

            (15 %); ingesta de alcohol (8%); enfermedad (7%);

            ingesta de drogas (6%); económicas (6%); familiares

            (6%); problemas de pareja (5%), mentales (2%),

            justicia (1%), y otros con menor incidencia.

      8.6 Al año 2017, los datos oficiales de muerte por

            Autoeliminación suicida en Chile indican la cifra de:

            13,3 muertes por cada 100 mil habitantes. Nuestro

            país tiene la tasa mayor de suicidios en América

            Latina.

9. La tasa nacional anual de suicidios se estima, en 2017, en 13,3 suicidios por cada 100.000 habitantes; en 2008, era de 10,8 suicidios por cada 100.000 habitantes. En 1990 el promedio se asentaba en 5,7 suicidios por cada 100.000 habitantes. Sobre estos mismos totales de habitantes, la tasa de suicidios de hombres en Chile se estima en 8,5, y la de mujeres en 3,2. Las tasas promedios más significativas de suicidios se ubicaban, hace diez años, en la Regiones XI y XII, en un promedio de 15 suicidios por cada 100.000 habitantes.

10. Algunas conductas individuales que deben preocupar en el comportamiento juvenil: a) cambios bruscos de actitud entre alegría y tristeza, entre actividad intensa y tranquilidad; b) desinterés por actividades habituales que eran atractivas en el tiempo pasado inmediato; c) conductas de tipo autodestructivo (ingesta de drogas, autolesiones, comportamiento promiscuos, pertenencia a grupos herméticos y autodestructivos como sectas religiosas, pandillas y tribus urbanas de la tipología, etc.); d) cambios notorios en expresividad emocional, verbalizando temas relacionados con la muerte; e) regalar a su entorno objetos favoritos y muy apreciados, sin lógica aparente; e) involucramiento en situaciones físicamente riesgosas; y otras (ejs. niños víctimas de maltratos, bullying).

11. El acto suicida es una conducta reprobada por la sociedad chilena y su inducción, como la omisión para impedirlo cuando ello es posible, configura delitos. Más allá de las cuestiones formales, que relacionan el suicidio con espacios de profundo sufrimiento de quien lo acomete y del entorno familiar y relacional que lo lamenta, se puede concluir que el hecho suicida, como espacio conductual, es, mayoritariamente, medio utilizado por varones, y minoritariamente por mujeres en las diversas sociedades donde acaece, incluida la chilena. En nuestra sociedad el hecho suicida es la segunda causa de muerte no natural, y en términos de concreción, los suicidas hombres cuadruplican a las suicidas mujeres; Chile se ubica, en este dramático tema de los procesos auto-eliminatorios, en el segundo lugar mundial, luego de Japón, y es el primero en Latinoamérica.

El Psiquiatra chileno Rodrigo Paz relaciona algunos  factores estacionales que influyen sobre cuadros depresivos en personas con tendencias suicidas, e indica que la primavera es un momentos calendario y estacional en que la mayor energía de las actividades cerebrales en las personas con trastornos anímicos, radicaliza las conductas inducidas por procesos de angustias, abriendo espacios a decisiones suicidas.

12. También se aprecia una diferencia en los medios usados por los suicidas hombres y mujeres. Aquéllos  ejecutan las acciones autoeliminatorias sin importar las condiciones resultantes para el cuerpo en término estéticos (ejs. ahorcamiento, arma de fuego, precipitación,…); y éstas tienen presente la dignidad del cuerpo, su no destrucción o deformación, cuando se trata de elegir el medio autoeliminatorio (ejs. envenenamiento, inhalación de gas, inmersión…).

13. Los datos de entidades especializadas demuestran un importante aumento del suicidio juvenil en Chile. El Ministerio de Salud, respecto de las muertes auto-provocadas (acciones auto-eliminatorias), proyecta que hacia el año 2020 los casos de suicidios de jóvenes, con edades entre los 10 y 19 años, llegarán a 12 muertes por cada 100.000 habitantes.

En la actualidad (2017) el suicidio es un hecho de la realidad cada vez más recurrido, por quienes lo asumen como medio auto-eliminatorio, y que demuestra ser un factor desestabilizante en las diversas sociedades donde su impacto de exterminio se instala, en tanto que opción de muerte.

Algunos comentarios conclusivos:

Una de nuestras hipótesis, que surge de las experiencias internacionales y de lo que sucede en la sociedad chilena, afirma que existe la tendencia al aumento de decisiones suicidas en las sociedades con mayor éxito económico.

Ante el hecho suicida, en nuestra opinión, se evidencia la necesidad de constituir, a nivel de Estado, una entidad multidisciplinaria que sistematice la realidad del  suicidio como fenómeno social, y accione pedagógicamente para sensibilizar respecto del tema, particularmente a nivel de organizaciones educacionales y sociales, generando pedagogías preventivas e inhibitorias para enfrentarlo, con la convicción que el suicidio es uno de los males del nuevo milenio y que afecta seriamente a la sociedad chilena.

El fenómeno sociológico conocido como “mímesis” (imitación) nos induce a observar analíticamente el “modelo” de suicidios juveniles colectivos acordados vía internet en Japón, que se consuman en automóviles y otros vehículos cerrados de manera hermética con motores en marcha, habiéndose, previamente, conectado mangueras a los tubos de escape hacia el interior de ellos, para que la emisiones de gases provoquen la muerte de los convocados. Así como varios suicidios infanto-juveniles sucedidos en los últimos años en Chile, y que tienen como víctimas a militantes de tribus urbanas (ej.: Agrupaciones EMO) de tendencias  depresivas y conductas autodestructivas, son procesos de imitación de experiencias grupales originadas en otros países, en otras sociedades, la misma lógica imitativa puede llevar a que el “modelo suicida” oriental citado sea reproducido por individuos que tengan lecturas deprimentes de sus propias realidades personales en nuestra sociedad, y que “lean” la autoeliminación como espacio liberador de los “miedos insuperables”.

           Desde una mirada criminológica el suicidio tiene perfiles delictivos, más allá de que su consumación se realice vía decisión auto-eliminatoria. Se confunden en la tipología descrita los roles  de víctima y victimario, evidenciándose ambigüedades en los controles sociales que debieran actuar preventivamente para disminuir las posibilidades de que las muertes por propia mano, del tipo suicida, se concreten. En términos de víctimas del hecho suicida, no sólo lo son quienes cometen la acción de poner fin a sus vidas, sino que adscriben, también, a tal condición los familiares directos y el entorno social en que aquellos se insertaban cotidianamente. Lo cierto es que el suicidio como hecho invoca intensos conflictos sociales que, generalmente, son descifrados post-mortem por las comunicaciones que muchos y muchas suicidas dejan para explicar las rupturales decisiones adoptadas.

Un suicida, cuyo nombre nos reservamos, dejó escrita, de puño y letra, la textualidad de su decisión:

“yo no tengo nada mas que acer aquí…el ultimo favor que te pido Señor es que mi muerte sea instantanea para no quedar sufriendo. (firma)(sic)…”

Algunos Datos Bibliográficos:

-Análisis del Suicidio: Max Fernández G., Soraya de la Fuente H., Manuel Navarro L., José Sánchez V., Luis Orellana C., Curso de Licenciatura en Ciencias Criminológicas, Academia Superior de Estudios Policiales (ASEPOL), Cátedra de Criminología, 2009, Santiago, Chile.

-Apuntes de Clases sobre el Suicidio en Chile: Prof. Humberto Lagos Schuffeneger, Academia Superior de Estudios Policiales (ASEPOL), Cátedra de Criminología, 2009.

-El Suicidio: Emile Durkheim, Edit. LOSADA, S. L., 2004.

-El Suicidio: Instituto CIEC, Viña del Mar.

-Jefatura Nacional de Homicidios PDI: Estadísticas nacionales y regionales sobre casos de suicidios.

-Ministerio de Salud: Registros sobre casos de suicidios.

-Un suicidio cada 40 segundos en el mundo: noticias.latam.com

-Suicidio: etimologías.dechile.net

               – Información Ministerio de Salud.

               – Periódico El Mostrador, “Suicido adolescente en Chile”, 11.07.2017.

               – Radio Universidad de Chile, “Alta tasa de suicidios juveniles…”, 21.09-2016.

               – Información del Instituto Médico legal.

               – OCDE.

               – UNICEF.

               – World Vision.

ULTIMAS NOTICIAS