
A sus 77 años, Marta Carter Soto es sinónimo de compromiso y entrega en Carahue. Actual presidenta de la Junta de Vecinos 11 de septiembre y con más de cuatro décadas dedicadas al trabajo comunitario, su nombre está ligado a la historia misma de la dirigencia social en la comuna. Comenzó cuando apenas existían cuatro delegados en toda la ciudad, y desde entonces no ha dejado de servir a su comunidad con humildad, esfuerzo y una fe inquebrantable.


—¿Cómo recuerda usted sus primeros años en Carahue?
Entonces nosotros éramos de Villa Dama. Con lo que vino más grave de Villa Dama, que fueron las avenidas que llegaban al segundo piso. Lamentablemente, teníamos que venirlos; los iban a sacar en contra de nosotros; nosotros no queríamos ni por nada del mundo. Iban con carabineros en el segundo piso y ahí nos quedábamos y no queríamos venir.
Cuando ya llegó el día en que a nosotros en la villa nos fueron a marcar las casas. Y nos dijeron claramente: «Ustedes, si no se van, lamentablemente vamos a tener que desalojarlas». Nos iban a hacer tirar las casas para que nos fuéramos para arriba.
Y nos tenían casa acá, en esta población que es la 11 de septiembre. Fue don Rodolfo Riquelme Montesino; en esos años estaba de alcalde. Y él nos entregó la población.
Fue la primera población el 11 de septiembre. Y después ya se empezaron a crear el resto. Pero para nosotros acá fue a la vez al aire por tener una casa linda, una casa nueva que nos entregaron (…). Y aquí estamos viviendo; fuimos la primera población que llegó hacia arriba y después empezó el resto de las poblaciones.
—¿Cuándo comenzó su trabajo de dirigente social?


Yo empecé como dirigente social cuando llegó la población acá, inmediatamente. En esos años no había dirigentes. No se conocía la palabra dirigente. Éramos delegados.
Ahí se hacía el grupo; hacíamos reuniones en la calle, porque nuestras casas eran demasiado chicas. No teníamos agregados, no teníamos nada, solamente dos piezas, dos dormitorios, un comedorcito chiquitito y nada más.
Pero fue algo muy bonito que pasamos los villanos. Tanto Villa Dama como Villa Estación. Algo muy lindo porque hay muchos recuerdos que nos quedaron del río.
(…) En primer lugar, se nombró en todas las poblaciones delegados. Éramos delegados, no éramos presidentes. ¿Cómo les digo que no existían antes los dirigentes?
—¿Qué proyectos o sueños le gustaría concretar antes de cerrar su ciclo como dirigente o más adelante?
Bueno, seguir tirando proyectos, porque la sede se hizo con proyectos, con puros proyectos y cooperación de la municipalidad. Mucho apoyo ha habido en la municipalidad. Ellos nos han mandado hasta los maestros.
Que nosotros poníamos la madera, haciendo beneficios, juego de tejos. Para juntar dinero, para seguir adelante con nuestra sede. Porque cuando se hizo, se hizo una piecita nomás, solamente para reunirse y para esto estar. Porque no había donde colocar una silla.
—¿Qué proyecto a futuro le gustaría o quisiera concretar?
Claro, nosotros siempre hemos pensado tener como algo para que los niños vayan a jugar. Pero el problema es que nosotros, después que ya terminamos de hacer nuestra sede, empezamos a trabajar para la iglesia Sagrado Corazón de Jesús. Ahí fue un trabajo igual, vendiendo humitas, trabajando, vendiendo empanadas, hasta que se logró hacer nuestra iglesia. Con aporte y apoyo de la municipalidad igual, y de los vecinos, de los vecinos. Trabajando, la juventud, martillando, haciendo todo. Porque a nosotros no se nos entregó la sede.
—¿Qué temas crees que son prioridad para los vecinos de acá de Carahue que se deben abordar así con más urgencia?
Bueno, para mí, lo más urgente son las personas incapacitadas. Las personas que están postradas. Porque ahí uno tiene que estar sin ver el horario. Cualquier emergencia, ahí tiene que estar el dirigente. Siempre adelante. Siempre cooperando.
Siempre preguntando qué les pasa, qué problema. Porque yo tengo eso de que les digo a mi gente que mi población, cualquier cosita, ustedes vayan a tocarme la puerta. Yo no tengo problema en levantarme si fallece alguien, si están enfermos; allá estamos preocupadas, ¿qué les falta? Ayudarlos en lo que más uno pueda, como se dice. Si uno aquí tiene que entregar, no recibir, entregar.
—¿Qué mensaje le gustaría dejar a quienes recién comienzan a involucrarse en la vida social y comunitaria de acá de Carahue?
Para mí lo más importante, porque yo lo hice así; a mí me gustó ser dirigente, me encanta ser dirigente.
Entonces, yo lo más que les pido a las personas que vayan a la candidatura, que quieran trabajar por la Junta de Vecinos, lo primero, que les guste. Y si no les gusta, denle la oportunidad a otras personas. Porque ha pasado mucho en la Junta de Vecinos que solo ellas quieren inscribirse y creen que inscribirse es ser dirigente, pero ese no es el papel de dirigente, y como les digo, a mí me gusta, me gusta mucho. Quiero mucho a mi gente, quiero a mi población.
He entregado mi vida a la Junta de Vecinos, toda una vida. Y quiero que Dios me dé vida y salud para seguir hasta cuando… Hasta cuando el de arriba diga ya, hasta aquí no maduraste y… Yo voy a entregar, si Dios quiere, todo hasta que mi Señor me dé salud y vida.

