Jermán Sanhueza Sanhueza, quien falleciera en el Hospital Intercultural el 15 de septiembre producto de a su avanzada edad, quien pasó a integrar el cuartel celestial y reunirse con sus camaradas de contona que partieron primero que él.

El Voluntario Insigne de Chile Sanhueza Sanhueza(Q.E.P.D.), nació un 28 de mayo de 1936, hijo de Elsa Sanhueza y Jermán, creció en una ciudad de árboles perennes, de vientos de empuje frío, de permanentes pájaros, de caracoles sonoros, de humeantes trenes y herreros nocturnos. En esta ciudad de mitos y de arduo trabajo fue aquí donde realizó sus primeros estudios en la recordada Escuela de Artesanos, establecimiento que con el tiempo pasaría a ser el Liceo Industrial de Nueva Imperial, y que marcaría en él, el carácter laborioso que lo acompañó toda su vida.
El 5 de mayo de 1951, con apenas 15 años, ingresa a las filas de la Segunda Compañía del Cuerpo de Bomberos de Nueva Imperial, iniciando así una trayectoria ejemplar que lo llevó a desempeñar con compromiso y responsabilidad distintos cargos como; Inspector de Material Mayor, teniente Tercero con especial dedicación el de Maquinista, función en la que destacó por su conocimiento, pericia y cariño.
En el ámbito personal, el 5 de julio de 1958 contrajo matrimonio con Olga González Barahona, con quien formó una sólida familia, fruto de la cual nacieron dos hijos que siempre fueron motivo de orgullo y alegría para él.
En lo laboral, don Jermán entregó también lo mejor de sí al servicio público, trabajando primero en el Gobierno Interior de Nueva Imperial y posteriormente, trasladándose a Temuco para continuar su labor en el recién conformado Gobierno Regional, donde permaneció hasta alcanzar su merecida jubilación.
Don Jerman Sanhueza Sanhueza deja tras de sí un legado de esfuerzo, compromiso y amor al prójimo. Su ejemplo permanecerá vivo en la memoria de su familia, de sus camaradas de la Segunda Compañía de Nueva Imperial y de toda la comunidad que se vio beneficiada por su entrega desinteresada.
Hoy, con profundo respeto y gratitud, despedimos a un hombre que será recordado no solo por su impecable trayectoria bomberil, sino también por su calidad humana, su vocación de servicio y la huella imborrable con la que honró durante toda su vida los valores de su amada Segunda Compañía: “Unión y Disciplina”, entre quienes compartieron con él la vida, la amistad y el deber.