Por Daniza Hernández
La noticia de que la colosal casa de la familia Concha Iglesias será demolida para construir locales comerciales, fue un impacto para los ciudadanos de Carahue. El tiempo pasa irremediablemente, pero a veces nos intentamos aferrar a nuestro patrimonio arquitectónico en un esfuerzo, un tanto inútil, de sostener el pasado, porque aunque suene de perogrullo, siempre el pasado fue mejor.
Corría el año 1929 cuando se abre la primera Botica de Carahue, tan solo imaginen el contexto histórico, después de años de florecimiento de la economía, viene el desplome de la bolsa en nueva York, la caída del precio del cobre y el salitre y la crisis, al tener un economía abierta en Chile, nos golpea profundamente.
Pero el remedio a las enfermedades no obedece a contextos históricos, sino a la sentida necesidad de brindar un buen servicio a los vecinos. En primera instancia la botica estuvo ubicada en calle Pedro de Valdivia, frente a la ferretería de la familia Molina, (actualmente supermercado Lili), donde recordemos aún viven algunos honorables miembros de la familia Concha. Lamentablemente un dantesco incendio, dejó en cenizas la botica y con ello, el esfuerzo de una familia talentosa.
Por ello, la adquisición de esta propiedad en calle Lautaro, abre la esperanza nuevamente entre los ciudadanos de contar con una farmacia, liderada por una extraordinaria mujer, Florencia Concha Gutierrez, siendo la primera mujer en Carahue de obtener el título de Doctora químico Farmacéutico en la Universidad de Concepción.
De la mano de esta talentosa mujer, florece una de las farmacias más emblemáticas de la costa de La Araucanía, que llegó incluso a tener sucursales en la comuna de Saavedra.
Así “La Botica”, se volvió famosa “fabricando toda clase de pócimas, ungüentos y jarabes” tal como describe Ricardo Gómez, hijo de la Señora Elena González Concha, conocida como “La Nenita” quien se transformó en la práctico de farmacia y con el tiempo la mano derecha de la doctora, aprendiendo sus emblemáticas recetas. En tiempos donde los laboratorios estaban en pañales, estas mujeres crearon su propio laboratorio, un espacio de talento y creación único, ampliamente solicitado por cientos de personas que viajaban en busca de aquellas milagrosas pócimas y elaboradas preparaciones.
Por ese lugar increíble pasaron muchas personas que también fueron parte del legado farmacéutico de Carahue; Luis Iglesias Concha, Gustavo Iglesias Concha, Juan Concha, Silvia Manriquez Vasquez, Gregorio Concha Gonzalez, Isabel Mercado, entre muchos otros.
Por eso, la demolición de “La Botica”, no deja indiferente a nadie, porque en pleno siglo XX, ese lugar trajo sanidad y calidad de vida a una comunidad completa, marcando un hito inolvidable en la historia farmacéutica de La Araucanía.
Nota: (Agradecimientos a Ricardo Gomez y Martín Hernandez, Ana María Olave Iglesias, Jonatan Hidalgo quienes entregaron información valiosa para este relato).
