Por Emilio Orive Plana
Crítico opinante
Hubo un tiempo, no muy lejano, antes de la llegada de la era digital, en que la única fuente de información eran los diarios. Pero quise indagar más atrás aún, al origen o a la cuna del hermoso oficio del periodismo y recurrí como otras veces a lo que pudo apórtame mi amigo google.
Leí que el periódico como medio comunicación de masas, propiamente tal, nació con la invención de la imprenta hace casi 600 años, claro está que muy pocos tenían acceso a las noticias escritas debido a los ínfimos índices de la alfabetización del siglo XV no obstante que fue el punto de partida para lo que, se le ha dado en llamar, el siglo de las innovaciones y la era de los descubrimientos que, en realidad fue un salto gigantesco para la apertura mental de millones a la aventura del conocimiento.
Del manuscrito al texto impreso con tipografía de plomo hasta el uso del sistema digital pasando por el revolucionario offset de alta definición y resolución de impresión, ha transcurrido mucha historia de éxitos y fracasos para poder llevar la información al ciudadano común.
Me pregunté si era necesaria esta pequeña bibliografía básica sobre la génesis, tránsito y desarrollo de la noble tarea de transmitir testimonios, reportajes y columnas de opinión . Así lo creo porque, detrás de cada portada hay algo que subyace o propósitos no siempre apreciables o apreciados de manera evidente como el afán y el tesón permanente de mucha gente: Editores, columnistas, reporteros secretarios/as, diseñadores gráficos, impresores y un largo etc., representado en personas reales que aman, sufren y lloran de impotencia, a veces, porque los esfuerzos no se concretan acorde al sacrificio y los desvelos que causa la edición de un periódico donde la responsabilidad recae, principalmente en el editor. Problemas que no son ajenos a diarios de baja tirada como nuestro pequeño gran rotativo El Informador, que no por su aparente pequeñez, está libre del acontecer diario y tiene que redoblar esfuerzos para vencer la inercia de las noticias y eventos habituales en Chile como grandes incendios, terremotos e inundaciones que a fuerza de ser casi todos iguales, finalmente vemos estos hechos con indiferencia que, mirados desde una perspectiva diferente, El Informador los convierte en grandes noticias, editoriales destacados o reportajes interesantes porque hay que reconocer que durante los veinte años de existencia que cumple nuestro diario éste Domingo 26 de Febrero ha sabido mantener sus objetivos, y credibilidad de informativo responsable lo que no todos pueden decir a menudo abanderizados con posturas políticas que confunden al lector.
Por eso El Informador, ha tenido siempre el buen tino de contar con destacados columnistas como abogados, académicos, lingüistas, ex ministros, rectores, trabajadores sociales etc.
Como no recordar don Juan Toledo Bahamondes, fallecido ya, hombre íntegro como pocos y que dejó un gran vacío al partir prematuramente y a don Omer Silva Villena que nos sigue deleitando con sus incomparables artículos y hermosa poesía, espero que por muchos años más o a los habituales poetas y poetisas de Imperial y Carahue que nos emocionan diariamente con sus inspirados poemas.
Pero no quiero dejar pasar la importancia que tiene mencionar el 19 de e Mayo de 2019, fecha en que El informador vistió pantalón largo, pasando de periódico semanario a diario, ampliando sus ediciones a los Martes, Miércoles, Jueves y Viernes.
El objetivo logrado conforme a la legalidad vigente lo sitúa ni más ni menos que en la competencia y a la altura de otros diario regionales y me complace decirlo: Este logro se debe única y exclusivamente al trabajo, empeño y resiliencia de un hombre, visionario del periodismo regional don Roberto Jara Barrera a quien le agradezco la confianza depositada en mi limitada experiencia de escribidor y por haberme integrado a su equipo de opinantes aportando mi modesto grano de arena por el engrandecimiento de este digno medio de comunicación.
Veinte Años No Es Nada
