Por: Emilio Orive Plana Critico opinante
Con retroexcavadora municipal el ciudadano Carter, alcalde de La Florida, aparece a toda pantalla demoliendo una casa que, según afirma pertenece a un narcotraficante peligroso de la comuna. A ésa se le agregarán 19 más, para que sirva de escarmiento a otras bandas de malandrines que operan desde el interior de las cárceles y que utilizan casas en barrios de gente honrada, para distribuir droga.
Enérgicamente comunicó que esto es solo el comienzo y que debiera ser imitado por otras comunas pero yo digo, si así sucediera y aplicando su ley personal, solo en la Región Metropolitana existen 32 comunas lo que estaría sumando 640 casas demolidas o muchísimas más en las 345 que hay en el país
Al tiro me acordé del viejo cuento de don Otto que decidió vender el sofá porque su señora lo engañaba en dicho mueble. Parece chistoso pero, según pienso es aventurado, por decir lo menos, suponer que por destruir casas de narcos se va a limpiar de droga la comuna de La Florida y Chile entero.
He escuchado a opinólogos e incluso a abogados, referirse tibiamente a éste mediático caso que se mantuvo en titulares por tres o cuatro días para languidecer, luego, opacado por los incendios forestales sureños.
Como yo lo veo, hay otra intencionalidad en el proceder del alcalde por lo aparentemente erróneo de su actuar sin desmerecer la ordenanza municipal en cuanto a los permisos de ampliación vulnerados pero, aquí parece que se le pasó la mano logrando, eso si, el golpe de efecto mediático que buscaba en su comuna y ante el país que en un par de años más tendrá que elegir entre los candidatos mejor evaluados del ramillete político que hayan destacado por decisiones polémicas como ésta que aumenta puntaje en las encuestas.
En primer lugar, el señor Carter pareciera estar siempre muy compuestito y de corbata aunque haya 35 grados, sin nada fuera de lugar y “robando cámara” como suelen hacerlo los candidatos a algún cargo más empinado y declarando, con voz educada,”sabíamos que tendríamos resistencia como consecuencia del desalojo y la demolición, pero ya teníamos considerado esos pequeños detalles: gritos más, gritos menos igual íbamos a proceder, dijo el edil, haciendo caso omiso a los reclamos desesperados de la dueña de casa.
Alguien se habrá preguntado, ¿que sucederá con los terrenos que quedarán eriazos constituyendo otro peligro mayor al que se trata de evitar? Además quedarán igual en poder de los narcos, quizás por cuanto tiempo porque es obvio que tuvieron o tienen dueños y que podrán usufructuar de ellos sus eventuales herederos.
Ha habido casos similares que después de veinte años aún no puede aclarar la justicia como por ejemplo los bienes heredados por la parentela del narcotraficante Mario Silva Neira, el Cabro Carrera, que fueron casi todos rematados, pero hay otros propietarios sin antecedentes ni vínculos con el mafioso que aún mantienen demandas por expropiación indebida contra el Estado chileno.
El alcalde argumentó la falta de permisos municipales en una ampliación entonces, ¿Por qué se demuele toda la casa y no solo la parte que estaba ilegalmente edificada? La respuesta está en la imagen poderosa que se proyecta, convirtiendo al protagonista en adalid de la comuna o Batman de Ciudad Gótica.
Ya había levantado polémica apareciendo con chaleco antibalas en una entrevista con motivo de una protesta que encabezó por un alza de pasajes de Metro lo que aumentó su popularidad siendo el político mejor evaluado en encuestas recientes.
Como sea, la temporada de caza de votos ya está abierta y sospecho que hay muchos cazadores preparando su artillería.
