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miércoles, octubre 30, 2024
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Señor director:

Por: Eugenio Tuma Zedan, ex Senador de La Araucanía

He participado en política desde niño de la mano de mi padre, al calor y cercanía de las poblaciones más modestas y vulnerables de nuestra Araucanía, quien me honró al elegirme cuatro veces como Diputado y después como Senador en el marco de una histórica y exitosa alianza política en el que fue mi partido, el PPD, con un indiscutido rol en la protección de la democracia. Hoy, luego de conocer a fondo el borrador de la CC, y con la convicción de reafirmar mi plena identificación con la Centro Izquierda para ser consecuente con la defensa de la democracia, he decidido no aprobar esta propuesta. Estoy seguro que podemos tener una nueva Constitución que nos represente, pero no ésta.

En el plebiscito aprobamos con un 78% de respaldo ciudadano para que los constituyentes hicieran un borrador de una nueva Carta Magna que permitiera superar la crisis institucional, social y política en que se encontraba el país. Votamos apruebo y esperábamos que la CC propusiera al país un camino que recogiera las demandas ciudadanas, principalmente en materia de Seguridad, Pensiones, Salud, Educación, Vivienda. Una Constitución que nos uniera y que fuese profundamente democrática, sin embargo, el borrador del texto propuesto es contradictorio con el mandato popular, el que aspiraba al menos los siguientes cambios:

1. Un reconocimiento a los pueblos originarios, pero no un Estado Plurinacional con Autonomías Territoriales Indígenas, que llegan a constituir un verdadero estatuto de ventajas frente al resto de los ciudadanos que no pertenecen a los pueblos indígenas.

2.- Más y mejor democracia, pero no una dictadura parlamentaria sin contrapesos desvirtuando lo que en esencia es el sistema democrático.

3. Mejoras del Poder Judicial, pero no su politización ni desvirtuarlización de la igualdad ante la ley.

 4.- Queríamos descentralización efectiva del país, pero no un Estado Regional que incluyera Autonomías Territoriales de tales características que amenazan con una fragmentación institucional.

5. Más herramientas para enfrentar la inseguridad la violencia y el terrorismo, no obstante, se elimina la posibilidad de decretar el “Estado de Emergencia”, impidiendo restablecer el orden público.

6. Una Constitución que crease condiciones para generar más empleos y mejorar la calidad de vida de los chilenos y, sin embargo, vemos el debilitamiento de las posibilidades para la inversión y el emprendimiento.

En caso de elegir un Presidente de la República y equivocarnos, podemos corregirlo en cuatro años, pero si nos equivocamos en aprobar una Constitución nos condenamos por generaciones al tomar decisiones erradas.

En los llamados a “Aprobar para Reformar” se reconoce que la propuesta es deficiente y se quiere mejorar porque es defectuosa. ¿Entonces, para qué aprobar algo que está mal?, lo consistente sería rechazar y hacer algo bien hecho! 

Por lo expuesto anteriormente, es que los invito el próximo 4 de septiembre a RECHAZAR la propuesta, con ESPERANZA para construir una NUEVA y BUENA CONSTITUCIÓN con el contenido del sentido común, la sensatez y la unidad de nuestra República, en la que de verdad podamos sentir que tenemos una Ley Madre que sea LA CASA DE TODOS.

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