“Ella está bien, porque gracias a Dios el sujeto no pudo cumplir su cometido; Dios la cuidó”. Es un fragmento de la narración que una aliviada madre imperialina hizo a El Informador sobre el ataque sexual que sufrió su hija de 14 años la tarde del día 9 de mayo en la subida peatonal San Francisco.
La mujer, que prefirió identificar su testimonio con las iniciales V.S.P, describió el episodio que estuvo a punto de transformar la vida de su niña y familia en un calvario.
Todo ocurrió, asegura, pasadas las 14:00 horas de ese miércoles cuando la menor subía la escalera, que conduce a El Alto de la ciudad, para asistir a la segunda jornada de clases en el Colegio San Francisco. Mientras ascendía se percató de que un hombre exponía sus genitales justo en frente de la estudiante. Ella, según el relato de su madre, al notar el gesto se agachó para esquivar la escena y logró aferrarse a la baranda de la escalinata. En ese momento el sujeto acude cerca de la adolescente y consigue tocarla, sin embargo, ella forcejea y provoca el resbalón del hombre lo cual permitió que la chica corriera hasta su establecimiento educacional en busca de ayuda.
Peligro
V.S.P remarca que esa acción evitó una consecuencia mayor, no obstante, manifiesta su preocupación por el peligro que corren otros niños, ya que sería el tercer caso ocurrido en el mismo sector e involucra al mismo individuo. “Recibí un mensaje de una niña que también fue atacada en un contexto similar, hizo la denuncia, pero nunca llegó a buen puerto. Hay otro ataque donde la niña no denunció, pero aduce que el tipo también la atacó en bicicleta tal como le pasó a mi hija; en el mismo sector”.
Una bicicleta, confirma la mujer, es el elemento con el que las tres víctimas recuerdan al sujeto que esporádicamente merodea la zona.
La madre detalla que presentaron la denuncia formal en la Fiscalía local, organismo que instruyó las pericias a la Brigada de Investigación Criminal (BICRIM) de la Policía de Investigaciones. El Ministerio Público fijó un plazo de treinta días para la indagación del caso, pero la familia de la menor no posee las pruebas suficientes que acrediten los acontecimientos.
Es que los únicos medios de comprobación son unas cámaras que están ubicadas a sólo metros de la peatonal, pero los dispositivos no se encuentran operativos.
“A mí como mamá me provoca mucha rabia saber que teníamos cámaras de seguridad a trescientos o quinientos metros del ataque, pero que no grabaron nada. Entonces nuestro primer medio de prueba se vio truncado porque nunca ha funcionado.” V.S.P confía en que las imágenes captadas por dispositivos de dos supermercados aleñados al lugar colaboren con la identificación del personaje.
Este medio contactó a Karina Riffo, coordinadora del Departamento de Seguridad Pública de la Municipalidad de Nueva Imperial para averiguar por la inactividad de las cámaras. Riffo afirmó que los equipos están bajo el control de la Junta de Vecinos Rafael Sotomayor y en ningún caso del municipio.
La funcionaria agregó que “el 60% de las cámaras de seguridad de la ciudad están a cargo de las Juntas Vecinales. Ellos postularon sus proyectos directamente al Gobierno Regional y fueron beneficiados con esos equipos.”
Por su parte, Luis Sáez, presidente de la Junta de Vecinos Rafael mencionada confirmó la versión de Riffo. “Las cámaras cercanas a la peatonal San Francisco están bajo nuestra administración, pero en este momento no funcionan porque el contrato de garantía con la empresa finalizó hace ocho meses. Tampoco tenemos los recursos para reactivarlas y realizar los mantenimientos necesarios”.
Mientras tanto, la madre de la menor que cursa primero medio en el San Francisco continúa haciendo gestiones para agilizar el proceso y al mismo tiempo agradece al recinto educacional que reaccionó oportunamente a través de su directora, quien fue la primera en denunciar el hecho a Carabineros. También destaca el apoyo de los concejales Juan Constanzo y César Sepúlveda.
“Como mamá voy a hacer todo lo necesario con tal de hallar a este tipo y no sea un caso más de los tantos que ha habido”, concluye.
